viernes, 3 de septiembre de 2021

Documentos de un proyecto técnico.

1.- El proyecto de edificación.

2.-  ¿Qué es el proyecto eléctrico?.

3.- Prioridad de los documentos de un proyecto.

4.-  Fases de la gestión de proyectos industriales. 


1. El proyecto de edificación.

El proyecto de edificación es todo aquel proyecto que se rige por la Ley de Ordenación de la Edificación. En resumen, es todo aquel proyecto necesario para la construcción o rehabilitación de cualquier tipo de edificio.

El proyecto engloba una serie de documentos que vienen recogidos en el Código Técnico de la Edificación, o CTE. A grandes rasgos, los documentos de proyecto obligatorios, según el CTE, son los siguientes:


Memoria.

Planos.

Pliego de condiciones.

Mediciones.

Presupuesto.

Todos estos apartados son obligatorios y pueden incluir partes redactadas y firmadas por otros técnicos diferentes al principal. Existen documentos que, aunque en el CTE vienen incorporados como anexos a la memoria, tienen entidad propia y son obligatorios en cualquier proyecto. Estos son los siguientes:

Plan de Control de Calidad.

Estudio para la Gestión de Residuos en Obra.

 También existen otros documentos que pueden ser o no obligatorios, según los casos, y que suelen estar redactados por técnicos diferentes. Los más habituales son los siguientes:

 Estudio de Seguridad y Salud o Estudio Básico de Seguridad y Salud.

Estudio geotécnico.

Proyecto eléctrico.


2.-  ¿Qué es el proyecto eléctrico?.

Una instalación eléctrica es el conjunto de conductores (cableado) y aparatos (transformadores, contadores, protecciones contra sobrecarga y fugas, etc...), destinados a una operación correcta y segura de los aparatos (terminales) que consumen energía eléctrica en una vivienda, edificio, local comercial, nave industrial, etc...

Debe distinguirse entre instalaciones de baja tensión (BT), alta tensión (AT media MT). 

Para el caso de instalaciones nuevas o de reformas sustanciales en viviendas, locales o industrias, será necesaria la redacción previa de un proyecto de instalación de baja tensión, en este caso se tratan las instalaciones de baja tensión por ser el tipo de instalación más frecuentemente destinada al usuario final, que defina, diseñe y valore dichas instalaciones.

La puesta en servicio de este tipo de instalaciones requerirá, además del mencionado proyecto, de diversos trámites como la solicitud de punto de enganche y de certificados como el certificado final de obra, la inspección por un organismo de control autorizado (OCA) o el certificado del instalador (boletín eléctrico), antes de proceder a la solicitud de conexión a la red de suministro.

2.1.- ¿Cuándo solicitar un proyecto eléctrico?

Antes de proceder a la ejecución de las instalaciones deberá solicitarse el proyecto y posteriormente los distintos certificados.

2.2.- ¿Cómo conseguir un proyecto eléctrico?

En la fase de redacción del proyecto eléctrico se solicitará a la compañía suministradora el punto de enganche a la red si es que el edificio, vivienda, local o nave aún lo tiene uno asignado o ya dispone incluso de un contador. Una vez finalizado el proyecto se llevará a cabo la obra bajo la supervisión del técnico redactor del proyecto, quién al finalizar emitirá el certificado final de obra garantizando que las instalaciones se han ejecutado conforme a lo descrito en el proyecto. Posteriormente el instalador (electricista especialmente cualificado), deberá emitir el certificado de instalación eléctrica en baja tensión (boletín eléctrico) y presentar una serie de documentos ante la administración pública autonómica (generalmente consejerías de industria y energía). Una vez completados estos trámites, se presentará toda la documentación solicitada por la compañía suministradora, que procederá a dar suministro a la instalación desde su red de distribución.

2.3.- Normativa y requisitos del proyecto eléctrico

Real Decreto 842/2002, de 2 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento electrotécnico para baja tensión

Normativa municipal y autonómica que regula los trámites administrativos.

Normas de enlace de las compañías suministradoras.

2.4.- Por qué lo necesito

Para realizar una instalación eléctrica nueva o realizar una reforma sustancial de una existente. La compañía suministradora de luz y la administración pública exigirán el cumplimiento de la normativa vigente en materia de instalaciones eléctricas previa a la concesión del suministro.

2.5.- Dónde

Según la finalidad del proyecto, este deberá presentarse en el ayuntamiento (para la obtención de licencias de actividad) o en la consejería de industria y energía correspondiente (caso de comunicación previa de puesta en servicio de instalaciones en baja tensión). También deberá tramitarse el alta del suministro en las oficinas de la compañía suministradora. Estos trámites pueden hacerse de manera presencial y en algunas CC.AA y municipios de manera telemática.

2.6.- Quién lo hace

El proyecto eléctrico suelen realizarlo los mismos técnicos o instaladores que se ocupen de la instalación eléctrica. El paso final de solicitud de suministro a la compañía lo debe hacer quien pretenda la titularidad de dicho suministro.

 

3.- Prioridad de los documentos de un proyecto

Por muy bien que esté elaborado un proyecto, es habitual que existan pequeñas discrepancias entre el presupuesto y los planos, las memorias u otros documentos, ya sea por error, omisión o simplemente por falta de detalle. En estos casos, es importante que exista un orden de prioridad.

No existe una normativa a nivel estatal que establezca un orden de prioridad (prelación o prevalencia) de unos documentos sobre los otros. Cada administración puede establecer sus criterios propios. El criterio más ampliamente aceptado es el siguiente: 

  1. Presupuesto.
  2. Planos.
  3. Pliego de prescripciones técnicas.
  4. Memoria.
En el caso de las obras públicas, en principio todos los documentos son contractuales y su prevalencia deberá ir definida en el contrato o en los pliegos de condiciones. Algunas administraciones no consideran todos los documentos contractuales, sino solo informativos. Es el caso de las memorias y algunas partes del presupuesto, como puede ser el caso de las mediciones o de los descompuestos. Esta distinción es en muchos casos una cuestión dialéctica, que solo tendrá repercusión a nivel económico si no se ha establecido un orden de prioridad concreto entre los distintos documentos del proyecto


En obras privadas, si no se estipula lo contrario, el criterio más extendido es este mismo, hasta tal punto que muchos constructores solo leen el presupuesto y algunos planos, obviando completamente tanto las memorias como el pliego de condiciones.

En definitiva, más importante que saber qué documentos son contractuales es saber cuál es la prioridad entre unos y otros documentos. 

Este tema es importante sobre todo en obras públicas, donde se realizan contratos cerrados entre una constructora y la administración por un precio establecido previamente, normalmente bajo concurso público. En obras privadas normalmente se paga lo que se ejecuta y, en caso de discrepancia, es mejor consensuar previamente el presupuesto entre las partes.

Cabe mencionar también que los documentos del proyecto son contractuales entre el promotor y la empresa constructora durante la ejecución de la obra. Pero si un proyecto se modifica durante la ejecución de la obra a instancias de la dirección facultativa, siempre que el promotor esté conforme, no afectará al contrato.

Estas modificaciones, si son de envergadura, han de ser reflejadas en un modificado del proyecto. Una vez obtenida la licencia de primera ocupación, lo importante no será el contenido del proyecto, sino la calidad de la edificación realizada.

4.-  Fases de la gestión de proyectos industriales. 

Como en muchos otros proyectos, las fases en las que se estructura la gestión de proyectos industriales son tres:

4.1.- En esta primera fase se lleva a cabo un estudio previo del proyecto, un análisis inicial para valorar la viabilidad del proyecto antes de ponerlo en marcha. Este estudio se realiza teniendo en cuenta las bases establecidas por los clientes o por la propia empresa, en función de si el proyecto es interno o externo.

Algunas de las cuestiones claves que se deben tener en cuenta durante esta fase es la normativa legal vigente, que muchas veces limita la puesta en marcha de estos proyectos.

A lo largo de esta fase se deben promulgar los objetivos, señalar el alcance, elaborar los planos, identificar los recursos, distribuir las tareas, planificar el cronograma o desarrollar el presupuesto, entre otras muchas tareas.

4.2.- Todos estos datos deben reflejarse en un documento que servirá de guía para la puesta en marcha del proyecto y como referente para explicar o presentar el proyecto a clientes o inversores.

4.3.- Es el momento en el que se llevan a cabo las acciones planificadas. A lo largo de todo este proceso, el seguimiento y evaluación continua son imprescindibles para detectar a tiempo posibles desviaciones y poner en práctica posibles soluciones que eviten o minimicen las consecuencias.

Constituye la última fase del proyecto. En esta fase se procede a la entrega del proyecto. Lo ideal es que tras la entrega finalice el proyecto, sin embargo, no siempre es así.

4.4.- Tras la entrega se hacen comprobaciones y seguimientos, y se ofrece asistencia técnica, hasta que se cumplen todas las condiciones establecidas inicialmente.

Hecha esta distinción, es preciso señalar que los proyectos de ingeniería industrial se caracterizan por ser complejos, integrales y multidisciplinarios. Veamos en qué consiste el proceso de elaboración de un proyecto de esta naturaleza:

Recoge los planteamientos iniciales y justifica las soluciones adoptadas en cada fase del proyecto. Se incluyen las descripciones pertinentes, los planos a gran escala y las valoraciones aproximadas. Es el marco del proyecto.

La memoria amplía el factor descriptivo enunciado en el anteproyecto. Cuenta con cuatro elementos básicos:

1. Descripción de actividades y procesos a ejecutar.

2. Cálculos de todos los componentes del proyecto.

3. Planificación y programación (a través de un diagrama).

4. Anejos u otras consideraciones para la ejecución.

Son los documentos más empleados durante la ejecución de las tareas. Deben ser completos, concisos y suficientes, pues incluyen la información necesaria y detallada del proyecto en sí mismo. Pueden ser generales o de detalle, aunque en lo que no podrán variar es en el cumplimiento de formatos básicos para su comprensión, lectura y utilización.

Desde la perspectiva contractual, se trata del documento más importante de un proyecto industrial. Los planos fijan lo que debe hacerse, mientras que el pliego de peticiones indica cómo llevarlo a cabo. Las condiciones de un documento de este tipo pueden ser materiales, económicas, legales o administrativas, entre otras. Es el marco general para la aplicación del proyecto.

Como cualquier presupuesto, se trata de un documento orientativo y que sirve para tener una idea de los costes y las mediciones del proyecto en general. Otra forma de emplearlo es en fases concretas.

Finalmente, con todos estos documentos recopilados se procede a la redacción del texto sobre la obra en concreto. Algunas consideraciones para esta etapa, la más importante de la elaboración del texto, son las siguientes:

1. Se debe definir la obra sin ambigüedades ni contradicciones.

2. No utilizar más documentación que la ya recabada.

3. Dejar claro los objetivos y las conclusiones de la obra.

 

Proyectos para las administraciones públicas

En el caso de que el proyecto se realice para cualquier administración pública, este se regirá por la Ley de Contratos del Sector Público, publicada en 2017. El contenido mínimo del proyecto, en este caso, será el siguiente:

“a) Una memoria en la que se describa el objeto de las obras, que recogerá los antecedentes y situación previa a las mismas, las necesidades a satisfacer y la justificación de la solución adoptada, detallándose los factores de todo orden a tener en cuenta.

b) Los planos de conjunto y de detalle necesarios para que la obra quede perfectamente definida, así como los que delimiten la ocupación de terrenos y la restitución de servidumbres y demás derechos reales, en su caso, y servicios afectados por su ejecución.

c) El pliego de prescripciones técnicas particulares, donde se hará la descripción de las obras y se regulará su ejecución, con expresión de la forma en que esta se llevará a cabo, las obligaciones de orden técnico que correspondan al contratista, y la manera en que se llevará a cabo la medición de las unidades ejecutadas y el control de calidad de los materiales empleados y del proceso de ejecución.

d) Un presupuesto, integrado o no por varios parciales, con expresión de los precios unitarios y de los descompuestos, en su caso, estado de mediciones y los detalles precisos para su valoración. El presupuesto se ordenará por obras elementales, en los términos que reglamentariamente se establezcan.

e) Un programa de desarrollo de los trabajos o plan de obra de carácter indicativo, con previsión, en su caso, del tiempo y coste.

f) Las referencias de todo tipo en que se fundamentará el replanteo de la obra.

g) El estudio de seguridad y salud o, en su caso, el estudio básico de seguridad y salud, en los términos previstos en las normas de seguridad y salud en las obras.

h) Cuanta documentación venga prevista en normas de carácter legal o reglamentario”.

 

Diferencias entre proyecto público y proyecto privado

 

Presupuesto.

Planos.

Pliego de prescripciones técnicas.

Memoria.

Como podemos apreciar, el contenido mínimo de un proyecto privado y de uno público es similar. Las diferencias principales son las siguientes:

 El pliego de condiciones se sustituye por el pliego de prescripciones técnicas particulares, debido a que el Pliego de Cláusulas Administrativas Generales para la Contratación de Obras del Estado es común para cualquier obra pública.

El presupuesto de las obras públicas ha de incluir los precios unitarios y los descompuestos, mientras que en las obras privadas los precios descompuestos no son necesarios.

En las obras públicas es necesario incluir un plan de obra. 

¿Qué documentos son contractuales?

Todos los documentos indicados anteriormente son obligatorios en un proyecto y han de respetarse durante la ejecución de la obra. Ahora bien, durante la ejecución de dicha obra algunos aspectos de esta pueden cambiar, tanto por decisiones de proyecto como por decisiones puramente técnicas. Por ello hacen falta las figuras del director de obra y del director de ejecución de la obra, que habitualmente son arquitectos y arquitectos técnicos, respectivamente.

En una obra privada, para determinar qué documentos son contractuales habrá que dilucidar primero si hay algún tipo de contrato. Es muy recomendable que exista un contrato entre el promotor y el constructor (contratista, empresa constructora, etc.). Es conveniente que en este contrato venga reflejada, entre otras cosas, la prioridad de los documentos en caso de discrepancias. De no haber contrato o no especificarse este criterio, podemos acudir al propio proyecto, en su pliego de condiciones, donde a veces se estipula la prelación de cada documento.

Fuente:

www.certicalia.com/blog/documentos-contractuales-proyecto-construccion

www.obsbusiness.school/blog/fases-para-elaborar-un-proyecto-de-ingenieria-industrial

DRECT 1ª

 DRECT 1ª Evaluación



Baterías Solares, diferencias y tipos: litio, monoblock y estacionarias

Guía para comprar paneles solares en 2021